El estudio, que analiza datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de los últimos seis meses, señala que un 41,9% de la población balear expresa su preocupación por la vivienda como tema nacional, frente al 28,2% del conjunto del país. Las regiones que siguen al archipiélago mediterráneo son el País Vasco (36,1%), Madrid (32,4%) y Cataluña (32,1%). En el otro extremo están Castilla y León (21,6%) y Extremadura (21,2%).

En general, el 28,2% de los españoles ha considerado la vivienda como uno de los tres principales problemas del país en los últimos seis meses. Esta cifra supera en 7,9 puntos la percepción como problema personal, que es declarado por uno de cada cinco ciudadanos (20,3%).

Desde esta perspectiva personal, Baleares también es la comunidad donde más ciudadanos mencionan la vivienda como un problema que le afecta directamente, con un 29,9%. Le siguen Madrid (26,3%), Canarias (24,4%) y Cataluña (23,1%). Estos datos contrastan con la situación en Aragón (13,8%) y Asturias (12,8%), que son las regiones con menor preocupación personal. En todos los casos, la preocupación nacional por la vivienda es mayor que la individual.

"Los datos reflejan que el problema habitacional tiene un alcance muy distinto dependiendo de la comunidad autónoma. Pero también hay profundas diferencias según la edad, el lugar de residencia o la situación económica. Estos detalles completan el escenario ya conocido y ponen de manifiesto la necesidad de que la vivienda ocupe un lugar prioritario en la agenda social y política española”, asegura el director de Opina 360, Juan Francisco Caro.

JÓVENES

Desde el punto de vista de la edad, la percepción de la vivienda como uno de los tres principales problemas de España es muy transversal: va desde el 33,1% de los jóvenes entre 25 y 34 años al 19,2% de los mayores de 75 años.

Sin embargo, las diferencias entre franjas se disparan si la cuestión se mira desde una óptica personal. Los ciudadanos entre los 25 y los 34 años se muestran como los más afectados por este problema, pues un 40,9% lo cita entre sus tres preocupaciones personales. Le siguen los menores de 24 años, con el 36,2%. En el otro extremo, tan solo un 5,4% de los mayores de 75 años consideran la vivienda como un problema personal, lo que supone 35 puntos menos que sus hijos o nietos.

El análisis por tamaño de municipio muestra que la preocupación por la vivienda aumenta conforme lo hace también el tamaño del hábitat. En ciudades con más de un millón de habitantes, el 35,7% de los residentes considera la vivienda como uno de los tres principales problemas del país, mientras que en municipios de menos de 2.000 habitantes este porcentaje se reduce al 24,7%.

Según el informe, este patrón se intensifica si se valora como problema personal, aunque con niveles de preocupación más bajos: lo mencionan tres de cada diez habitantes de las mayores ciudades (30,7%), más del doble que quienes viven en poblaciones de menos de 2.000 habitantes (13,7%).

Los votantes de partidos de izquierda muestran una mayor inquietud por la vivienda, resalta el estudio de Opina 360. En especial, los simpatizantes de Podemos y Sumar, cuyos valores de preocupación nacional alcanzan el 50,7% y 48,4%, respectivamente, mientras que a nivel personal se sitúan en 37,6% y 33%. Detrás de ellos, los socialistas también muestran una alta sensibilidad respecto al tema, con un 39,3% desde una perspectiva nacional y un 24,2% en el ámbito personal.

En contraste, los partidos de derecha presentan menores niveles de preocupación. El PP es el que registra los valores más altos de su espectro en términos de preocupación nacional (19,6%) y el que menos en preocupación personal (14,6%). Por su parte, la derecha radical muestra la dinámica inversa: su preocupación nacional es menor que la personal, debido al perfil joven de su electorado.

SITUACIÓN ECONÓMICA

Además, el trabajo apunta que la inquietud por la vivienda como asunto nacional es mayor cuanto mejor es la percepción sobre el contexto económico: supera el 30% entre quienes tienen una situación buena o muy buena y se queda por debajo del 20% entre los de situación muy mala.

No obstante, desde la óptica personal, los resultados se invierten. Aquellas personas con peores niveles económico declaran estar más preocupadas por la vivienda que aquellas con una buena situación económica. Así, la diferencia entre las categorías muy mala (24,4%) y muy buena (17%) es de 7,4 puntos.