En una entrevista que publica el último número de "Mundo Obrero", Grosske afirma que el PP se pasó dieciséis años "desarrollando todo el catálogo de tropelías políticas, excepto, naturalmente, el terrorismo de Estado, que se pueden ejercer desde un gobierno autónomo: clientelismo, enchufismo, soborno, cobro de comisiones, urbanismo a la carta".

A su juicio, en ese contexto político, que Izquierda Unida "irrumpiera en el 95 como una especie de 'Ls intocables' de Elliot Ness, denunciando todo lo denunciable y sentando a Gabriel Cañellas en el banquillo, ha tenido, lógicamente, una respuesta muy positiva".

Por otra parte, Grosske, líder de IU en uno de los pocos enclaves en que IU logró mantener sus posiciones en las elecciones del 13 de junio, asegura que es preciso renovar a fondo la dirección de Izquierda Unida, para hacerla "más colectiva y más integradora".