Aznar respondió durante la sesión de control del Congreso de esta tarde a dos preguntas del PSOE y de Izquierda Unida sobre la concesión de una ayuda de 48 millones de pesetas a la empresa de Pérez Villar, consejero de Economía cuando Aznar era presidente de Castilla y León, y condenado a ocho años de inhabilitación por prevaricación.

El jefe del Ejecutivo explicó que la concesión de la subvención se ajustó a la legalidady respetó los principios y criterios establecidos, y añadió que estar condenado por inhabilitación "no supone no tener derecho a percibir una subvención", aunque moralmente se pueda entender así.

En respuesta al diputado socialista Demetrio Madrid, Aznar aseguró que ahora "la ley es igual para todos" y se preguntó si el objetivo de esta acusación es manchar la reputación del Gobierno diciendo "que somos capaces de torcer voluntades administrativas para favorecer injustamente".

"Probablemente dice que sí porque lo sepan por experiencia", prosiguió Aznar, quien juzgó "temeraria" la actitud de los socialistas y les emplazó a hacer oposición en lugar de invitar a la sociedad "a acordarnos de su pasado inmediato, que sin duda es muy poco reconfortante y nadie se puede sentir orgulloso de él".

Aznar respondió a una dura crítica de Mariano Santiso, de IU, que calificó esta subvención de "ilegal y éticamente inmoral" por concederla a costa de negar ayudas a comarcas que viven de la explotación minera

Por su parte, el socialista Demetrio Madrid consideró que esta decisión es un paso más en la cadena de "compromisos y socorros mutuos" entre Aznar y Pérez Villar, que comenzó cuando el ahora presidente recibió "los primeros auxilios" para poder ser candidato a la Presidencia de Castilla y León.

El diputado del PSOE recordó otros presuntos casos de corrupción en las filas del PP y aseguró irónicamente que tiene "razones" para conceder esta ayuda a Pérez Villar porque su nombre está relacionado co su "irresistible ascensión".

Aznar respondió a todo ello preguntándose si desde los bancos de la oposición se invita al Gobierno a ser "arbitrario o ilegal, cosa que, viniendo de quienes viene, a lo mejor tampoco nos extrañaba mucho".