En un almuerzo con directivos, patrocinado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Aznar arremetió contra las últimas voces que han propugnado un cambio constitucional y aseguró que "lo que no quiero que se reforme son los elementos básicos que cnforman el pacto de convivencia y de estabilidad entre los españoles; eso es lo que no quiero que se reforme, porque ahí veo muchísimos más riesgos e inconvenientes que ventajas".

En un tono que él mismo definió como de "seriedad" y "convicción", el presidente del Gobierno anunció que mantendrá su política de carácter reformista, pero no abordará "ninguna política que ponga en riesgo ese pacto constitucional ni promueva en España una aventura constituyente que, sinceramente, creo que no nos conduciríaa ningún sitio".

En este sentido, Aznar mostró su confianza en que ésta opinión sea la de la mayoría de los españoles "como en el año 2000" (las últimas elecciones) e incluso en que haya aumentado el número de los que apuestan por mantener un consenso que funciona, y no por "la aventura".

Finalmente, arremetió contra algunos -en referencia al PSOE-, que "no están dispuestos a reformar nada", por su oposición a las leyes educativas o al Plan Hidrológico Nacional, "y sí el pacto que ha fundamentadola estabilidad y convivencia de la vida del país".

Antes de realizar estas afirmaciones, Aznar aseguró que la situación de España en la actualidad es muy buena y el país tiene una "oportunidad única" por delante para mejorar su posición económica y social. "Abrir un periodo de inestabilidad institucional es la única cuestión que nos puede impedir aprovechar al máximo esta situación", dijo.

"Yo respeto todas las propuestas y posiciones, pero me parece basico saber mantener la estabilidad institucinal y no abrir ningún proceso interno, de carácter más o menos constituyente, que distraiga las energías del país para no dar un salto en el sentido de responsabilidad política y de carácter económico y social", concluyó.