El jefe del Ejecutivo entiende que en estos meses se han producido acontecimientos importanes en el panorama político y económico nacional e internacional que requieren que el primer partido de la oposición esté informado.

Aznar mantiene su agenda abierta a las sugerencias del gabinete de Almunia, con el que sus asesores no han dejado de manter contactos durante todo el verano, para fijar una fecha para el encuentro.

En esa reunión, uno de los asuntos que ambos dirigentes tratarán será la renovación de los vocales del Tribunal Constitucional que está prácticamente cerrada. Por ello, noes descartable que, de no producirse la reunión, la renovación sea aprobada directamente por los grupos parlamentarios en el Senado.

El presidente considera que el diálogo con el primer partido de la oposición puede descubrir puntos de coincidencia y que por tanto tiene ventajas en sí mismo, aunque no dé el fruto de un consenso concreto tras el encuentro.

El Ejecutivo está especialmente interesado en trasmitir que su voluntad de diálogo es sincera y que desea un encuentro lo antes posible aunque o presionará al PSOE para imponer una fecha.