Aznar ha clausurado la primera reunión del máximo órgano entre congresos tras la derrota electoral con una intervención que él mismo ha reconocido como no esperada. "Me hubiera gustado no tener que hacerlo en esta situación", ha dicho, y acto seguido se ha esforzado en dar ánimos.

Aseguró que los nombramientos de Ángel Acebes como secretario general adjunto y de Eduardo Zaplana como portavoz del Grupo Popular los asume como suyos y, para despejar dudas sobre u apoyo a Mariano Rajoy, señaló que será el primero en firmar los avales necesarios de su candidatura a presidente en el próximo congreso. Y ha instado al resto a hacer lo mismo.

Aclamado con un minuto de aplausos tanto al empezar como al acabar de hablar, Aznar se ha arrancado con un "es la hora de estar todos juntos" con Mariano Rajoy, que es quien tiene "el timón en las manos".

"Los partidos que se cuartean son los que no tienen las ideas claras y yo sigo estando orgulloso de este partido", hadicho José María Aznar durante un discurso en el que no han faltado recuerdos a las grandes decepciones del PP, sin olvidar la que supuso, "en cierta manera", el escaso triunfo de 1996.

En el aire de la sede nacional de los populares flotaba esta tarde la idea de no dar la misma sensación que el PSOE de la "dulce derrota" de 1996, que desembocó en una sucesión de liderazgos fallidos, desde Joaquín Almunia al hoy presidenciable José Luis Rodríguez Zapatero. "Tenemos un gran partido, un gran proyecto y n gran líder".

A su juicio, los casi 9.700.000 electores que han votado PP necesitan un referente y los populares deben responder "a quienes intentan que los del PP síntamos verguenza de no ser del PSOE". Esta cuestión ha ocupado buena parte de su discurso, la de evitar la sensación que se pretende transmitir ahora de que el PP "sea algo así como un satélite o una pequeña excentricidad irrelevante, consentida o gobernada siempre que no intente gobernar".

Frente a eso hay que estar "orgullosos" dela labor hecha y, como dijo anoche en la entrevista concedida a Telecinco, no consentir que su gobierno pase a la historia como mentiroso, porque se informó en tiempo y forma y lo que ocurrió es que el Ejecutivo ha sido víctima de una burda manipulación.

"TORRENTE DE MENTIRAS"

"¿Vamos a aceptar que se diga que al PP le puede aprovechar el terrorismo?", se preguntó, tras afirmar un día más que su partido es el que más ha luchado contra esa lacra, el que más muertos ha tenido y el que más sangre ha deramado por la libertad.

Sostiene que lo que ha habido es un "torrente de mentiras" que ha construido el gran engaño del ocultamiento de la autoría de Al Qeda en el atentado del 11-M. "Si se quiere más información, la habrá (...) Pero no podemos consentir que se manipule a la opinión pública cuando hay más de 200 víctimas", agregó.

Para dar ejemplo, el presidente no ha esperado a ver la labor política del nuevo gobierno, y ha señalado que el PP apoyará en los grandes temas de Estado, pero que si l que se proponen los socialistas es un Plan Ibarretxe con "otro nombre" o un "Plan Maragall-Carod" en la reforma de los estatutos de autonomía del País Vasco y Cataluña, los populares se opondrán.

Lo que no se puede hacer, dijo en alusión al anuncio de Zapatero, es anunciar que se retiran las tropas de Iraq, porque eso es dar a los terroristas islámicos la sensación de que "a mayor presión, mayores concesiones". "Las amenazas no las hace desaparecer el amenazado, sino el que amenaza", añadió.

Aznr considera que el líder socialista ha hecho muchas promesas, y no sólo en el programa electoral, sino en "eso tan pregonado" del cambio de talante. El PP, ha explicado, estará vigilante de que no ocurra como "con lo de los 800.000 puestos de trabajo (promesa de Felipe González en las elecciones de 1982) o con lo del OTAN de entrada NO, o con lo de los cien años de honradez".