En el acto, celebrado en el Palacio de La Moncloa, estuvieron presentes el vicepresidente Francisco Alvarez Cascos, los ministros de Trabajo, Javier Arenas, y Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, los máximos dirigentes de UGT, Cándido Méndez, y CCOO Antonio Gutíerrez, así como familiares de los galardonados.

Nicolás Redondo y Manuel Fraga, en nombre de los ocho, agradecieron al Ejecutivo la concesión de la medalla de oro al Trabajo, un trabajo, según Redondo sin el cual "no hubiera sido posible el desarrollo de los pueblos".

Fraga afirmó que "no hay más bella condecoración" ni "más democrática" porque con ella se premia "el esfuerzo más que el éxito" tanto de empresarios como de sindicalistas "que han escrito páginas importantes" de las conuistas sociales en España.

Arenas dirigió un breve discurso a los presentes para glosar las virtudes de cada uno, con especial mención a Fraga y a Redondo, de los que dijo que han consagrado su vida al servicio público y a "lograr acuerdos sociales importantes para España".

El ministro aprovechó para aclarar un error cometido por el Consejo de Ministros el pasado viernes, al incluir entre los galardonados a la actriz Rafaela Aparicio, ya fallecida. El titular de Trabajo explicó que ya había sido alardonada a mediados de los años 70, pero esto no figuraba en los archivos del departamento.