El objetivo es acabar con la dispersión de listas sobe organizaciones criminales, como la que ahora existe en el Departamento de Estado de EEUU y la de la Unión Europea, en la que ya está ETA.

Aznar quiere también que Naciones Unidas cree un "mecanismo institucional que pueda servir de foro" a las víctimas. Se trataría de constituir un Observatorio o de crear la figura de un relator, como el que ya existe ahora para la vigilancia de los derechos humanos.

Antes de que Aznar aterrizara en Nueva York, el Ejecutivo ya había transmitido a los enviados epeciales a este viaje los ejes centrales de lo que será su primera intervención ante el Comité contra el Terrorismo (CTC), creado tras los atentados del 11 de septiembre, y del cual forman parte los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

España asumió la presidencia del CTC el pasado 4 de abril, por un periodo de seis meses prorrogables, y al Ejcutivo le interesa mostrarse tajante respecto a su agenda de trabajo y propuestas desde un primer momento.

Eso le lleva a no descartar, incluso, la reación de un subcomité, dentro del abanico de posibilidades que baraja para atender a las víctimas.

Además, en el plano puramente español este discurso español es un aperitivo de la jornada de mañana, miércoles, en Washington. A mediodía, Aznar almorzará con el secretario de Seguridad Nacional, Tom Ridge, y con el fiscal general, John Ashcroft, a los que el presidente alentará para que agilicen la inclusión de Batasuna en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de EEUU, soliitada en marzo pasado, una vez que el Tribunal Supremo la declaró ilegal. En este punto insistirá Aznar en su posterior entrevista en la Casa Blanca con George W. Bush.

Al almuerzo con Ridge y Ashcroft asistirá también el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, que viaja con Aznar para intercambiar información antiterrorista.

TOLERANCIA CERO

Aznar formulará una declaración de intenciones en Naciones Unidas para el semestre de presidencia española del CTC, centrada en la idea d que "la tolerancia cero frente al terrorismo debería figurar en primer lugar en cualquier conducta de la comunidad internacional", parafraseando así un "leit motiv" muy querido por los neoyorquinos desde que el ex alcalde Rudolf Giuliani lograra con él reducir los alarmantes índices de criminalidad en los años noventa.

Según el presidente español, el terrorismo es "una amenaza contra la civilización, contra toda civilización", y es preciso tener claro que "el terrorismo es uno, a pesar de sus mil cars". "No hay terrorismos domésticos y terrorismos internacionales, viejos y nuevos, de primera y de segunda", señaló Aznar.

El jefe del Ejecutivo cree que el terrorismo no es "invencible", pero para derrotarlo hace falta "tenacidad" en la eliminación de cualquier resquicio legal. De ahí la petición para que, primero Estados Unidos incluyendo a Batasuna en su lista, y luego la ONU con un nuevo listado mundial de organizaciones terroristas, cierren el paso a vías de financiación y permitan bloqueos de cuntas.

El Gobierno, según otras fuentes consultadas días atrás, estima que el mundo abertzale va a sufrir un fuerte estrangulamiento en sus finanzas con la imposibilidad de presetarse a las elecciones en 240 municipios del País Vasco y Navarra. Algunas fuentes cifran ese daño en casi 20.000 millones de pesetas que dejaran de gestionar los "batasunos".

Por eso, Aznar va a insistir esta noche ante la ONU en la necesidad de vigorizar el CTC y de "inscribir (la lucha contraterrorista) de modo regular n los programas de cooperación internacional".

El G-8, sostiene el presidente, está llamado a desempeñar "un papel particularmente relevante" en este terreno. En concreto, quiere que, lo mismo que un país se dirige a ellos para la financiación de infraestructuras o vivienda, lo pueda hacer contra lo que Aznar considera la principal amenaza del siglo XXI.

Aznar propugna también que se impida a los terroristas que se sirvan de la ONU para hacer llegar a la opinión pública "su mensaje violento". Se efería así a un incidente del pasado otoño, cuando España se vio obligada a protestar formalmente ante la Secretaría General de la ONU porque un grupo de corresponsales extranjeros invitaron al portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, a un acto en la sede oficial de Naciones Unidas.

Antes de su intervención, Aznar mantendrá un encuentro de media hora con el secretario general de la ONU, con el que conversará de terrorismo, del cumplimiento de la denominada hoja de ruta en el proceso de paz palestino-israeí, y también del papel de Naciones Unidas en el Iraq post-Sadam. Para esto último, Aznar viaja acompañado por el secretario de Estado de Comercio, Juan Costa.

Aznar terminará su primera jornada en Estados Unidos con un encuentro con la comunidad española en Nueva York, y la visita a una exposición de Picasso en el Museo de Arte Moderno.