En su intervención en la Convención Electoral de Cataluña del PP, Aznar quiso dejar muy claros dos mensajes: que Cataluña no es un problema para España, y que la Constitución y el Estatuto de Autonomía representan el único marco en el que deberá desenvolverse en el futuro.

Para Aznar, Cataluña es un refeente "muy importante" dentro del país, y es una comunidad que "tiene problemas", pero no es un problema en sí misma. Por ello, apostó por la superación de actitudes de "victimismo introvertido" que la sitúan en el ámbito de lo conflictivo.

Criticó a todos aquellos que inventan problemas que a base de debatirse acaban convirtiéndose en problemas reales, y atribuyó a unas políticas de debilidad y falta de confianza estas actitudes. Pidió a todos aquéllos que intervienen en la política catalana que no furcen las "manifestaciones de la realidad social", y que no hagan experimentos empujando a los ciudadanos a la defensa de proyectos que no tienen futuro en Cataluña.

EL presidente del Gobierno hizo todas estas manifestaciones sin citar expresamente al Gobierno de Jordi Pujol, al que en otras ocasiones ha atribuido el desarrollo de estas políticas victimistas entregadas a la reivindicación.

Pidió también que se supere el debate de la solidaridad que sostiene que Cataluña tiene un encaje incómodo enEspaña y que además "no nos quieren, porque no es cierto, y forma parte de ese debate débil y victimista, que no se corresponde con la realidad de Cataluña", aseveró.

José María Aznar hizo una encendida defensa de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, como "el marco institucional de presente y de futuro más adecuado para Cataluña".

Recordó que, de no haber sido por lo establecido en la Carta Magna en cuanto al desarrollo autonómico, hoy, veinte años después del inicio de la transición espaola, "no se podría hablar de la historia de un éxito".

Entrando ya en la más pura batalla electoral, Aznar denostó los "proyectos confusos y difusos" con que se presentan los dos grandes adversarios políticos del PP en Cataluña, PSOE y CiU.

Describió como "graves errores" que ambos votaran en el Parlamento catalán por la autodeterminación, que CiU defienda "confusas relecturas constitucionales", que el Gobierno de la Generalitat haya firmado la Declaración de Barcelona, y que el candidato socialita, Pasqual Maragall, pida un federalismo asimétrico o el respeto a la biodiversidad nacional.

EL presidente advirtió a uno y otro partido que "cuando se juega con el fuego, al final te acabas quemando". Frente a esta perspectiva, el PP se perfila como "un camino seguro y sin aventuras" en defensa clara del marco institucional vigente, que tiene cono referencia la Constitución y el Estatuto.

COOPERACION

Apostó por un futuro de cooperación entre el Gobierno central y todos los gobiernos regionals. Argumentó, en este sentido, que hace unos años Madrid administraba 91 pesetas de cada 100, mientras que ahora, ayuntamientos y comunidades autónomas gestionan 50 pesetas de cada 100.

En referencia concreta a la colaboración que CiU ha venido prestando al PP en Madrid, Aznar dijo que sus relaciones han funcionado "correctamente", pero advirtió que "la estabilidad no es suficiente".

Para el presidente, la estabilidad por la estabilidad no basta. "Hay que distinguir entre buenas políticas y malaspolíticas", lo que no ha sido capaz de hacer CiU, que colaboró con el PSOE antes de llegar a acuerdos con los populares.

Finalmente, Aznar se refirió al debate sobre las pensiones para afirmar que será el guardián de la igualdad de todos los pensionistas y de preservar el carácter contributivo de la Seguridad Social. Advirtió que nadie debe crear dudas en los ciudadanos sobre si es necesario contribuir, porque de lo contrario estará en peligro el equilibrio financiero de la Seguridad Social.

"Algnos que se llenan la boca de proyectos supuestamente socializantes hacen propuestas absurdas que sólo sirven para poner piedras en el camino" del progreso de España, dijo en referencia al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia.