Aznar hizo estas manifestaciones durante la celebración de la Convención de Candidatos Autonómicos que el PP celebró hoy en Toledo con la presencia de sus quince cabezas de lista.

En una intervención centrada en la vertebración de España, Aznar defendió el modelo constitucional imperante desde ace 20 años y rechazó cualquier "aventura" que puedan significar "ir hacia atrás" en el modelo de progreso asentado en la legalidad constitucional con el que que España debe entrar en el siglo XXI.

"La Constitución y los Estatutos de Autonomía tienen que ser la guía y serán la guía del futuro de la vida jurídica e institucional de España", afirmó.

Instó a los que desean introducir cambios en la Carta Magna a que "los planteen" ateniéndose a las reglas que la propia Constitución establece y advirtó que nadie sacará "ventajas políticas" de orquestar ataques contra el orden constitucional.

SOLIDARIDAD

El presidente apostó por un modelo de desarrollo autonómico basado en la "cohesión y la solidaridad" porque "existen muchos más elementos entre un catalán, un murciano, un vasco, un andaluz, un extremeño y un castellano-manchego que los unen de los que los separan".

Con la seguridad de que el PP tiene el mismo mensaje en todas las comunidades, Aznar pidió a los candidatos de su partido que gbiernen "para todos los ciudadanos" y para ello les pidió que fueran conscientes de que cada comunidad autónoma "es una parte importante de un todo que es la nación española".

Rechazó "la política de exclusión, de separación y de división", como fuente de algunos de los males que afectan dramáticamente a Europa.

En este sentido, se refirió en tono muy crítico a "los nacionalismos totalitarios y excluyentes" desde el punto de vista político, étnico y cultural, como el de Milosevic, que a su juicio son "los causantes de los males de la Europa de hoy".

Aznar defendió la intervención de la OTAN en Yugoslavia para evitar la limpieza étnica que allí está sucediendo y para hacer frente a los "nacionalistas totalitarios" que llevan a sus países "a la confrontación y a la guerra porque quieren destruir a su oponente".

Argumentó que la dinámica del "agravio y el conflicto permanente" que algunas comunidades autónomas practican "ya no vale" porque las autonomías tienen cada vez más competencias y rcursos y apostó por una cultura de la "cooperación y la solidaridad" como nueva forma de relación entre las autonomías y el Gobierno central.

En este terreno, atacó a los presidentes autonómicos socialistas que rechazaron sumarse al nuevo sistema de financiación por entender que su decisión fue en contra de los intereses de los ciudadanos y persiguiendo un beneficio partidista.