Aznar confirmó esta designación durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados, en respuesta a una pregunta del diputado socialista Rafael Estrella, quien recordó "algunas rspuestas imprudentes" del efe del Ejecutivo a preguntas sobre la política exterior del PP.

Estrella mostró su esperanza de que con este nombramiento se cierre una "etapa negativa que se inició con la diplomacia de la corbata" y que llevó a España a la "pérdida de credibilidad, influencia y peso" en la política de la isla y de América Latina.

Si España ha estado casi quinientos días sin embajador en Cuba, respondió el presidente del Gobierno, no ha sido por la actitud de las autoridades españolas, ya que el plácet del embaador designado fue retirado por el Ejecutivo de la isla.

Por ello, pidió al PSOE "que reflexione" sobre las circunstancias que requiere nombrar a un embajador y resaltó el interés del Gobierno en tener unas relaciones "normales" con Cuba al tiempo que expresó su deseo de que las autoridades de la isla "también las tenga".