AZNAR ANIMA A LOS POLACOS A RESPALDAR LA ADHESION A LA UE EN EL REFERENDUM DE JUNIO PORQUE LA ALTERNATIVA ES MUCHO PEOR

ARSOVIA
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José María Aznar, animó hoy a los polacos a votar "sí" en el referéndum de adhesión a la UE que van a celebrar en junio próximo, y lo ha hecho por partida doble. Primero, de forma solemne en la rueda de prensa que ha celebrado con el primer ministro, Leszek Miller, muy cuestionado en su país por la forma en que ha negociado el Tratado de Adhesión, y, luego, en la conferencia-coloquio que ha mantenido con el Círculo de Empresarios polacos.

Aznares consciente de las dificultades que afronta su socio polaco, el socialdemócrata Leszek Miller, porque él mismo ha tenido que responder a la pregunta de un periodista local sobre por qué Polonia va a recibir a partir de 2004 el 50% de ayudas al campo que recibió España cuando se adhirió a la UE, en 1986.

El jefe del Gobierno español ha echado mano de una 'chuleta' que le habían preparado los servicios de Presidencia del Gobierno para decir a la opinión pública polaca que, de 1985 hasta hoy, la renta graria española ha subido un 115% y las exportaciones agrícolas han crecido un 232%. "La diferencia", dijo, "es poder ir en un tren a 200 kilómetro por hora o ir a 20 kilómetros por hora".

Aznar, que se ha comprometido a que las Cortes españolas apoyen de forma "muy clara" el Tratado de Adhesión polaco, puso en todo momento el ejemplo de España como el que deben seguir los polacos, porque su "peso institucional" en la futura UE va a ser muy similar. Un sí en la consulta de junio sería un "acierto muy ignificativo" y lo contrario sería entrar en una soledad política económica e institucional.

Ya con los empresarios, el presidente español expresó su comprensión hacia aquellos agricultores y otros ciudadanos polacos que tengan reticencias sobre lo que significa la UE. Incluso, añadió, que exista el temor a que los ciudadanos alemanes, de mucho mayor poder adquisitivo, compren su tierras, pero hay que olvidarse del pasado y mirarse en lo que ha sido la España de los últimos 17 años.

"Nadie va a rgalar nada", insistió Aznar, Polonia deberá hacer muchos cambios estructurales, pero tiene que "aprovechar su oportunidad" porque puede no volver a pasar por su puerta.

En respuesta a los conflictos concretos suscitados por el Tratado de Adhesión, como la moratoria en la libre circulación de mano de obra, por el temor alemán y austríaco a una masiva inmigración polaca en sus territorios, Aznar ha respondido que las negociaciones de ampliación de la UE siempre son problemáticas porque hay muchos interees en juego. Recordó, por ejemplo, que la moratoria de pesca que se estableció en 1986 fue de 20 años para los barcos españoles "y luego se cambió".

Aznar, que antes de partir para Atenas está manteniendo un almuerzo con el presidente de la República, Alexander Kwasniewsky, departió esta mañana durante más de una hora con su homólogo polaco, Leszek Miller, que lidera un gobierno en minoría. El panorama político polaco en vísperas del referéndum es complicado por la fuerza de la izquierda que representn los partidos PiS y PO, y la que también tienen partidos agrarios como el PSL, o antisistema, como el LPR.

El primer ministro polaco es, dentro del llamado grupo de países de Visegrado, que conforman los países aspirantes que firman mañana su adhesión, quien más está apostando por el vínculo trasatlántico con EEUU que defiende el Gobierno español. Incluso ha contribuído testimonialmente con 200 soldados a la coalición militar que ha atacado Iraq.

De ahí el gesto de Aznar de hacer escala en Varsoia, antes de viajar a Atenas, en un momento en que su socio polaco está siendo cuestionado en la política interna por aspectos como las privatizaciones, que finalmente no van a deparar para las arcas públicas los 2.100 millones de euros que esperaba el Ejecutivo, sino 1.700 millones.

Aunque el referéndum celebrado el domingo en Hungría (83,8% dio el sí a la adhesión), y los anteriormente llevados a cabo en Malta (53,5% de apoyo) y Eslovenia (89,61%) parecen indicar que las poblaciones de estos países ceptan ya como inevitable su ingreso en la UE, lo cierto es que la abstención en esos tres referéndum ha sido grande (55% en el húngaro) y eso puede desanimar aún más a una sociedad polaca en la que el componente agrario sigue siendo muy importante.

No en vano la 'cumbre' europea de Copenhague, en diciembre pasado, estuvo centrada en buena medida en el ultimátum de los Quince sobre la cantidad que estaban dispuestos a poner sobre la mesa Los Quince para hacer posible la adhesión, 41.000 millones de euos. En ese reparto, Polonia se lleva algo menos de la mitad, por extensión y población agraria, pero a los partidos agrarios polacos, de fuerte implantación, les ha parecido poca cantidad.

(SERVIMEDIA)
15 Abr 2003
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