Esta mañana comenzó a trabajar en diferentes puntos de la ciudad gallega y durante las 24 horas del día un vehículo cedido a la Policía Municipal por la Dirección General de Tráfico, dotado de un radar igual que los empleados en carretera por la Guardia Civil.

El Ayuntamiento compostelano, presidido por el socialista Xerardo Estvez, quiere evitar con esta medida disuasoria que sigan proliferando "conductores con complejo de pilotos que creen estar practicando en circuitos de rally".

La avenida de Lugo, por donde es habitual que los automóviles circulen a velocidades de 80 y hasta 100 kilómetros a la hora, y los accesos a la ciudad desde La Coruña, Pontevedra, Lugo y Orense son los puntos donde el control será mayor, así como la avenida de Juan XXIII, uno de los accesos principales de los peregrinos hacia la catedral de Santigo.

Con esta medida, el gobierno municipal se propone aumentar la seguridad y hacer más practicable para los peatones la capital gallega en un año en el que acudirán entre 2 y 7 millones de visitantes a la ciudad, según previsiones del Arzobispado o de la Xunta.

El Ayuntamiento de Santiago ya aprobó hace poco un dispositivo para peatonalizar durante los próximos meses la práctica totalidad de las calles del casco histórico, para que los peregrinos puedan pasear con tranquilidad.