El acuerdo, suscrito por el alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, y el presidente de la Asamblea de Cruz Roja de Madrid, Carlos Payá Riera, obliga a la institución benéica a desarrollar un programa de asistencia para drogodependientes residuales o de "bajo umbral".

En el centro de la calle Marroquina deberán estar reservadas 70 plazas de las destinadas al tratamiento con metadona para drogodependientes enviados por el ayuntamiento.

El convenio establece también la obligación de que en los centros de Cruz Roja haya disponibles 50 plazas para personas procedentes de los centros municipales de atención a drogodependientes.

Carlos Payá Riera manifestó que el cnvenio es uno de los más importantes de los que han firmado el ayuntamiento y la Cruz Roja, y "una forma de asegurar la continuidad de una labor tan importante desde el punto de vista social".

En el mismo sentido se expresó Gerardo Hernández Les, vicepresidente de Cruz Roja de Madrid, quien destacó las especiales características de las personas que pueden ser atendidas con metadona.

Gerardo Hernández explicó que los drogodependientes a los que se administra la metadona -siempre bebida- deben compometerse a no tomar ningún otro tipo de drogas y a pasar controles todas las semanas, ya que de no cumplir estas condiciones se les deja de suministrar el medicamento.

La concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Carmen Díaz Marés, destacó por su parte la importancia de este nuevo convenio, cuyos resultados hasta la fecha calificó como "buenos".

La responsable municipal de asuntos sociales se refirió también a la posibilidad de que las embarazadas drogodependientes sean tratadascon metadona.