Según el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, los acuerdos aprobados hoy supondrán "un cambio histórico en la gestión de la movilidad" en la capital, y presentarán a Madrid como "una de las ciudades pioneras en integrar todos los agentes que intervienen en la movilidad".

Para ello, se creará un nuevo Centro de Gestión de la Movilidad que funcionará las 24 horas los 365 días del año y que, entre otros cometidos, establecerá corredores prioritarios en casos de emergencias. En él se englobará el actual Centro de Control del Tráfico, que cambiará su ubicación actual en la Plaza de la Villa a la calle Albarracín, en el distrito de San Blas.

Según explicó Gallardón, estos corredores prioritarios consistirán en que mediante un control de los semáforos se pueda establecer un corredor prioritario en momentos determinados para dar paso, por ejemplo, a vehículos de bomberos y ambulancias, de manera inmediata.

El Centro de Gestión de la Movilidad dispondrá de 6 operadores para tráfico urbano; 3 para M-30, tráfico en túneles y vías rápidas; 2 para control de los sistemas y detección de averías; 2 para gestión de información y atención al ciudadano; 1 para control de accesos, y 1 operador de emergencias, junto con un coordinador de operadores. Todo el equipo estará dirigido por el correspondiente jefe de sala, responsable máximo de las operaciones.

Además, contará con personal específico de los Servicios de Emergencias, lo que hará posible establecer corredores prioritarios en la ciudad, informar a los servicios de emergencias del estado de las rutas y definir itinerarios alternativos.

Además de crear el nuevo Centro de Gestión de la Movilidad, el ayuntamiento modernizará el sistema de control de tráfico mediante circuito cerrado de televisión, a lo que destinará 1,68 millones de euros; creará una nueva Central de Movilidad para ofrecer soluciones puntuales a los problemas de circulación (880.000 euros), y reformará el sistema de señalización y vigilancia en la M-30 (2.080.000 euros).