Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT, hizo esta afirmación en el marco de una conferencia pronunciada esta tarde en la Universidad San Pablo-CEU y que llevaba por título "El indulto a la serpiente".

Alcaraz se preguntó por qué el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se ha embarcado en un proceso de negociación cuando la organización criminal estaba "moribunda", algo a lo que se llegó por la aplicación del Pacto Antiterrorista o la Ley de Partidos.

A este respecto, el responsable de la AVT aventuró que la falta de esclarecimiento de los atentados del 11-M hace que la banda etarra cuente con un poder de coacción sobre el Gobierno, ya que podría aportar "algunas pistas" que deslegitimaran al Ejecutivo.

"HOJA DE RUTA"

En este sentido, el responsable del principal colectivo de víctimas remarcó que "la ruptura de ETA con el Gobierno, con datos que vincularan a la banda etarra con el 11-M, supondría el fin de ETA y el castigo de esta sociedad a quienes por acción u omisión no hicieron todo lo que deberían para conocer la verdad".

"Es por ello", añadió, "que Gobierno y ETA se necesitan. La debilidad de ambos obliga, por su propia supervivencia, a continuar con este proceso, a pesar de seguir con la oposición de la mayoría de las víctimas y de una sociedad que no se rinde ante ETA".

El responsable del principal colectivo de víctimas hizo estas consideraciones tras apuntar que los contactos con ETA parecen seguir la "hoja de ruta" trazada en su momento por Mikel Antza, que culminaba en 2012 con lo que este terrorista denominó "año de la reparación histórica".

En el proceso, según Antza, debía producirse hitos como el reconocimiento del derecho de autodeterminación en 2006 o la excarcelación de los presos etarras en 2007.