El presidente de esta entidad, Francisco José Alcaraz, durante una rueda de prensa en la que explicó las dificultades financieras que puede conllevar para su asociación la decisión de Trabajo, criticó que la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, dijese este viernes que se les da un "trato privilegiado".

Alcaraz contestó que su organización no ha recibido un euro de la Administración central desde que cambió el Gobierno, y añadió que quien ahora está teniendo un trato privilegiado es "la asociación de malhechores de Batasuna-ETA".

"Son los únicos que de forma impune y desafiando la legalidad constantemente están convocando manifestaciones, homenajes", aseguró el presidente de la AVT, quien se quejó de que, incluso, enla manifestación que su colectivo celebró en junio hubo más detenidos que en otras del entorno etarra.

"REVES TREMENDO"

Alcaraz hizo estas consideraciones tras explicar, en compañía de la contable de su entidad, Ana Carro, que la decisión de Trabajode no concederles ayudas a cargo del IRPF supone un "revés tremendo" para el colectivo y es una decisión arbitraria que no tiene justificación.

Carro señaló que, a diferencia de lo que se sostiene desde el Gobierno, su organización no ha recibido ni un euro desde que el PSOE volvió al poder.

En concreto, aludió a que su exclusión de las ayudas del IRPF se produce cuando, a diferencia de lo que se ha comentado en los medios de comunicación, no han tenido noticia todavía sobre las subvenciones del Ministerio de Interior y no les consta que Cultura vaya a entregarles ningún dinero.

La contable destacó que la AVT no sabe nada, por tanto, de los 19 millones de euros que desde el Ejecutivo se dice que serán repartidos entre los distintos colectivos de víctimas del terrorismo.

Asimismo, Carro rechazó el argumento del Gobierno de que la entidad que preside Alcaraz dejó ya de recibir dinero del IRPF en 2004 debido a un cambio del sistema de subvenciones que introdujo el Ejecutivo del PP. A este respecto, señaló que lo que realmente sucedió fue que su organización renunció a esta partida ya que los cambios internos le impedían gestionar las ayudas.

En este sentido, esta directivo concluyó que la cantidad que Trabajo les ha denegado ya ha sido gastada en proyectos sociales de atención a las víctimas, ya que estas actuaciones son llevadas a cabo con la idea de costearlas posteriormente con las subvenciones.