48 toneladas de bonito enlatado, medicinas, material sanitario, 2.000 kilos de azadas para cultivar la tierra y quince cocinas económicas están siendo cargados en un DC-10, fletado por Cáritas y Misiones Diocesanas de las tres provincias vascas, como ayuda humantaria para Ruanda.

El avión que despegará a última hora de la tarde aterrizará en Kigali durante la próxima madrugada.

El pescado ha sido enlatado por cinco empresas atuneras del puerto de Bermeo (Vizcaya) que se comprometieron el pasado verano a enviar a Ruanda, a través de Cáritas, el bonito pescado con volantas; redes pelágicas ilegales que provocaron los disturbios del pasado verno.

Este es el segundo avión de Misiones Diocesanas y Cáritas que sale del País Vasco con el fin de ayudar a ls damnificados por la guerra en este país africano.

La principal preocupación de los responsables del envío es que ayude a quitar el hambre de la población. Manuel Merino, de Cáritas de Bilbao, cree que esta acción es un buen mensaje para el primer mundo.

"Nosotros entendimos y entendemos que es un buen mensaje para el primer mundo que los excedentes de aquello que puede ser maltratado o tirado, está siendo desechado en el primer mundo, por lo menos debe ser aprovechado para quitar el hambre y soucionar problemas en otras poblaciones".

Misiones Diocesanas y personal de Cáritas se encargarán mañana en Kigali de que la ayuda humanitaria llegue a su destino. Un equipo de televisión será también testigo de la operación, todo para evitar que alimentos y material sanitario caigan en manos del mercado negro.

Cáritas y Misiones Diocesanas han recaudado hasta el momento en el País Vasco 350 millones para Ruanda. 85 millones fueron empleados ya en el primer envío.