Rodríguez Zapatero intervino en la constitución de la delegación española del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo y aprovechó para responder a la exigencia del PP de que adelante las elecciones generales o se someta a una cuestión de confianza, pero también para lanzar un mensaje interno.

Anunció que hará valer "con toda mi determinación" los votos obtenidos en 2008, "porque es mi responsabilidad democrática, para mantener el orden de las cosas, y lo voy a hacer empujen lo que empujen, y empujan, y van a empujar más, pero como deber democrático voy a tener toda la firmeza y determinación para hacer valer esos más de once millones de votos, porque esas son las reglas de juego".

Ese mensaje, precisó, se dirige a los demás partidos, pero también a las propias filas y a quienes "nos apoyan", para que no duden de que no se siente deteriorado por el resultado de las elecciones europeas.

El presidente recordó al PP que para llegar a La Moncloa "hay que ganar en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo", como para ponerse la camiseta amarilla en los Campos Elíseos "hay que subirse a la bicicleta y dar pedales, y no basta ir en un coche alentando a los pupilos". "Cada día tiene su afán y cada elección tiene su finalidad", dijo.

No hubo autocrítica en el discurso del presidente, pero sí ánimo a los socialistas. De hecho, pese a reconocer la victoria del PP, el presidente juzgó "muy digno" el resultado del PSOE al haber obtenido "una base muy sólida" de respaldo ciudadano.

Avanzó que los socialistas serán "muy exigentes" en la tarea de control al Grupo Popular, mayoritario en el Parlamento Europeo, para comprobar el cumplimiento de las promesas de que al votar a Mayor Oreja "se iban a resolver no sé cuántas cosas".

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