La organización ecologista ha solicitado que estos productos sean retirados del mercado español en el caso de se estén comercializando.

Para Oliva Nuñez, portavoz de Greenpeace, "es inadmisible que se permita la venta de juguetes que contengan sustancias tóxicas, por el riesgo que supone para la salud infantil. La Agencia de Medio Ambiente danesa ha ctuado en virtud del principio de precaución. Del mismo modo deben actuar los ministerio de Sanidad y Medio Ambiente españoles".

La decisión de las autoridades danesas es el resultado de una investigación realizada por la agencia ambiental sobre once tipos de mordedores infantiles para determinar la posible liberación de ftalatos, sustancias plastificantes que se incorporan a los productos de PVC.

Según Greenpeace, los ftalatos son tóxicos para el hígado y el riñón, cancerígenos y algunos tienen ctividad hormonal, por lo que la organización ecologista concluye que las regulaciones actuales en materia de exposición a sustancias tóxicas no protegen a la población infantil.