En base a los datos conocidos, Pérez Arriaga no ve ventajas para los usuarios en la operación y en cambio teme que queden en el mercado eléctrico sólo dos grandes operadores: Gas Natural-Endesa e Iberdrola.

Según el acuerdo firmado entre Gas Natural e Iberdrola, ésta última compraría a Gas Natural activos de generación de carbón por unos 4.500 MW y le traspasaría 1,25 millones de clientes de gas y 600.000 clientes de electricidad.

"Si se compran estos activos por Iberdrola no ganamos mucho, porque hemos perdido un agente, que es Gas Natural, y estamos haciendo más gordo a otro de los gordos. Si éso lo comprara, por ejemplo, una empresa australiana o cualquiera ajena al sector español, estaríamos ganando un agente y podríamos quedar mejor", apuntó el autor del Libro Blanco.

Pérez Arriaga, por otra parte, cree que en las desinversiones de centrales de carbón, de las que Endesa está bien dotada, hay que ver de qué activos se trata porque, además de los condicionantes del Protocolo de Kioto, la Unión Europea obliga a cumplir requisitos de desulfuración y otras exigencias ambientales y a cerrar grupos de carbón en determinadas fechas si no se materializan dichos preceptos.

Por lo tanto, es posible que en el paquete de desinversiones presentado por Gas Natural "haya centrales que no vayan a durar mucho tiempo o que vayan a cerrar relativamente pronto", indicó.

En definitiva, para el autor del Libro Blanco del SectorEléctrico la absorción de Endesa por parte de Gas Natural "no tiene por qué ser bueno, pero si las desinversiones son en cantidad suficiente y entran agentes nuevos puede ser neutro o puede ser incluso beneficioso", señaló Pérez Arriaga.