Los autónomos están obligados a pagar a las Cámaras de Comercio una cuota obligatoria basada en dos conceptos: el 2% del IAE y, por otro lado, el 2 por mil del IRPF o del Impuesto de Sociedades de cada autónomo o emresario.

Estos dos impuestos constituyen los medios de financiación que establece la ley para las Cámaras de Comercio, junto a las subvenciones públicas y los ingresos ordinarios y extraordinarios de los servicios que prestan.

El hecho de la supresión del IAE para 2,1 millones de contribuyentes va a suponer que las Cámaras de Comercio no puedan aplicar el coeficiente correspondiente sobre la base del impuesto.

ATA, que siempre ha defendido una cuota cameral voluntaria y no obligatoria para ls autónomos, sugiere al Ministerio de Economía que incluya como subvención pública la diferencia de ingresos que van a tener con la supresión del IAE, estimada en 18 millones de euros.