Arnaldo declaró a Servimedia que no es vinculante "que un coche tenga una mayor potencia para que sea un vehículo arriesgado", y añadió que "de hecho, en muchos vehículos esa reserva de potencia nos puede salvar de un apuro en caso de un adelantamiento un poco apresurado".

"En el mercado, los fabricantes han hecho un esfuerzo para que haya vehículos con alta cilindrada y que además tengan unos estándares de seguridad favorables", agregó.

Arnaldo también quiso hacer hincapié en el último balance de la DGT, del que se desprende que los radares fijos detectaron en este último mes cerca de 110.000 vehículos con exceso de velocidad. A este respecto, reconoció que las cifras resultan interesantes, pero consideró que "es necesario realizar algunas puntualizaciones al respecto".

Arnaldo aclaró que los conductores peligrosos detectados por los radares implantados por la DGT que van a unas velocidades desproporcionadas son una minoría, porque la mayoría de las infracciones detectadas (el 72%) se han producido en márgenes de entre 140 km/h.

Por este motivo, "lo importante para nosotros no es conocer el balance de la implantación de estos radares fijos, sino la incidencia que han tenido en la reducción de accidentes y víctimas. Si la puesta en marcha de esos 37 radares no busca ese objetivo, del que la DGT no ha hablado, esa medida no es eficaz".

Arnaldo insistió en que "el sentido último de estas medidas no es saber el número de infracciones y sanciones que se imponen o si podrá mejorar la recaudación". "Sabemos que en caso de que se hubieran formulado denuncias, hubiera supuesto una recaudación para las arcas del Estado de 16 millones y medio de euros".