Según la asocición, el reparto de los bonobuses se enmarcaba en una campaña de sensibilización de la opinión pública contra la subida del precio del transporte aprobada en febrero de 1988.

La Audiencia Provincial considera en la sentencia que AEDENAT no ha cometido estafa alguna, a pesar de que la Empresa Municipal de Transporte (EMT) sorprendió a numerosos viajeros utilizando esas tarjetas alsas.

Según el tribunal, la "intención de la asociación ecologista en ningún caso fue la de defraudar a la EMT, ni perseguían una finalidad de propio lucro, sino que se trataba de un acto de protesta y oposición a la subida del transporte no susceptibles de ser encuendrado en la falta de estafa".

Los bonobuses editados por esta organización llevaban impreso, además de otros lemas relativos a la política de transporte, la frase "El transporte colectivbo es un servicio y no un negocio. Usalo".

En opinión de AEDENAT, la impresión de estas tarjetas tenía una finalidad exclusivamente propagandística, "utilizando métodos llamativos y novedosos, como suele ser característico de las asociaciones ecologistas".