LA AUDIENCIA NACIONAL CONDENA AL ETARRA DIEZ TORRE A 82 AÑOS DE CARCEL POR UN ATENTADO CONTRA MILITARES EN BARCELONA

MADRID
SERVIMEDIA

La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó hoy a un total de 82 años y 3 meses de cárcel al etarra Fernando Díez Torre, como autor de un atentado cometido en enero de 1992 en Barcelona contra un vehíclo de militares, uno de los cuales murió en el acto y dos resultaron heridos.

En concreto, el tribunal acusa a Díez Torre de un delito de atentado con alevosía y premeditación, dos de asesinato frustrado con premeditación, un delito de daños, utilización ilegítima de vehículo de motor y falsificación. Además, le condena a pagar más de 30 millones de pesetas en concepto de indemnizaciones.

Según recoge la sentencia hecha pública hoy, a principios de enero, Díez Torre y otra persona procesada en reeldía, que formaban parte de ETA, decidieron acabar con la vida de miembros del ejército de alta graduación de Barcelona, para lo que robaron un coche al que cambiaron la matrícula por otra falsa.

Tras vigilar durante dos días los movimientos de un vehículo oficial del Ejército del Aire que, conducido por un soldado, trasladaba a dos militares a las dependencias del sector aéreo, decidieron ejecutar sus planes el 8 de enero.

Así, armados con sendas pistolas se dirigieron en el coche sustraído hasa las inmediaciones de la calle barcelonesa de Palandurias, donde quedaron a la espera de que apareciera el vehículo militar.

Sobre las 14 horas, los terroristas se percataron de la llegada del vehículo militar, por lo que de inmediato procedieron a interceptar su trayectoria con el coche sustraído y "de forma súbita e inesperada abrieron fuego contra los ocupantes del automóvil militar, dirigiéndoles al menos 11 disparos", pretendiendo así "darles muerte sin correr los agresores riesgo alguno de sufrr en sus personas las consecuencias de una repelión (sic)".

En el atentado murió en el acto el comandante Arturo Anguera Vallés, de 50 años, y resultaron heridos el teniente Luis Javier Ballota y el soldado conductor Jaime Abosta Masdeu quien, al recibir los disparos, perdió el control del coche colisionando con otros vehículos que se encontraban en las proximidades. Tras la acción terrorista, los etarras huyeron en el vehículo robado.

Para el tribunal "sólo puede ser atribuible a la suerte que aompañó al soldado Jaime Amposta Masden y al teniente Luis Javier Ballota Aznar el que éstos no hallaran la muerte en el transcurso de tan tremenda agresión, ejecutada por el procesado Fernando Díez Torres y su acompañante de forma sobresegura, sin correr éstos riesgos de sufrir un contraataque por parte de los agredidos, dada las características de la acción criminal, cuales son súbita e inesperada".

La sala justifica su fallo en la declaración prestada ante la policía por el procesado, "declaración aplia y exhaustiva en la que narró con todo lujo de detalles la participación"; en que en su poder fue hallada una de las pistolas utilizadas en el atentado y en el descubrimiento de un periódico en el interior del vehículo robado en el que había la huella del dedo índice izquierdo de la mano izquierda de Díez Torre.

(SERVIMEDIA)
14 Feb 1995
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