La Sala de lo Penal considera probado que Arrieta formaba parte de uno de los dos grupos que componían el denominado "comando Vizcaya", que había recibido información del bar Rancho Chileno, ubicado en Sestao (Vizcaya) y frecuentado por policías, con el fin de realizar un atentado contra dicho local, consistente en un ametrallamiento indiscriminado.

El atentado fue perpetrado el 22 de marzo de 1982, cuando cuatro de los seis terroristas que componían el "comando Vizcaya" entraron en el local y comenzaron a disparar «indiscriminadamente» contra un grupo de agentes que estaban sentados en una mesa.

Como consecuencia de los disparos, murieron los policías Agustín Martínez y Alfonso Maside, así como una mujer llamada Cristina Mónica Illaramendi. Otros dos agentes más resultaron heridos.

Los magistrados consideran que los hechos descritos son contitutivos de un delito de atentado con resultado de muerte, cuatro de asesinato (dos consumados y dos frustrados) y otro de uso ilegítimo de vehículo a motor, por lo que condena a Arrieta Llopis a un total de 128 años de prisión, si bien le absuelve de pertenencia a banda armada.

Para la Sala de lo Penal, no se ha probado que Mikel Arrieta continuase siendo miembro de ETA cuando se marchó a Francia para huir a México, de donde fue expulsado en enero del año pasado.