Según recoge una sentencia hecha pública hoy, Javier Martínez Izaguirre y otros integrantes del 'comando Vizcaya' de ETA recibieron en 1991 informaciones sobre una persona ue creían que era policía y que acostumbraba a pasar el fin de semana en una vivienda de la localidad e Barrika (Vizcaya), con el fin de perpetrar contra ella un ataque mediante armas de fuego.

Para ello, el 15 de diciembre de ese año, Martínez Izaguirre y otro etarra asaltaron a un taxista a quien robaron el vehículo después de dejarle abandonado atado con unas cadenas.

En el taxi se dirigieron a la vivienda donde se encontraba la víctima y tras hacer una espera, efectuaron varios disparos contr una persona que había salido a la terraza de la casa y que resultó ser Adolfo Lasfuentes Pardo, quien en aquel momento salió a regar las plantas. Los disparos no alcanzaron a la víctima y los terroristas se dieron a la fuga.

El tribunal considera a Martínez Izaguirre autor de los delitos de asesinato en grado de frustración y de utilización ilegítima de un vehículo a motor en concurso con un delito de detención ilegal.

Sin embargo, absuelve por falta de pruebas a Francisco Palacios Capitán, de qien dice que existe una absoluta insuficiencia probatoria de su participación en los hechos, en contra del criterio del fiscal.