En declaraciones a a Cope, Atutxa agradeció, al margen de este nuevo llamamiento, "la colaboración de la sociedad, ya que han sido y son innumerables las llamadas que nos apuntan rasgos que pudieran ser sospechosos".

Para el consejero de Interior, los secuestradores de Aldaya "nada tienen que ver con el patriotismo, nada tienen que ver con el nacionalismo vasco", sino que son "nacionalistas vascos a su estilo, con una pretensión de un nacionalismo vasco y un proyecto de un país a su estilo".

En cuanto a los llamamintos realizados por Atutxa para que la familia del empresario no pague el rescate exigido por los etarras, el consejero señaló que el pago de un rescate implica involuntariamente la continuidad de la violencia.

Para Atutxa, aquellos que pagan un rescate a los terroristas "ceden de una forma facilona a lo que pudiera ser pretensión de chantaje por parte de la banda terrorista", aunque dijo entender que "el miedo es libre y la gente puede ceder".

El consejero no cree que su llamamiento para que la amilia no pague el dinero del rescate vaya a poner en peligro la vida de Aldaya, ya que, en su opinión, ETA "tiene su estrategia, ellos secuestran y tratan de conseguir dos fines: el económico y el de la publicidad".

En este sentido, Atutxa aseguró que dimitiría de su cargo si sus llamamientos supusieran algún tipo de riesgo para la salud de José María Aldaya, "porque creería que estaría haciendo un flaco favor a mi conciencia y a la sociedad a la que me debo".

ASESINATO DE ANABEL

Por otra part, el consejero de Interior del Gobierno Vasco manifestó que, ante el trágico desenlace del secuestro de Anabel Segura, tiene "una sensación, que es compartida por toda la sociedad de buena voluntad, de repugnancia mezclada con angustia y tristeza".

A pesar de que Anabel haya sido encontrada muerta, Atutxa se felicitó por el trabajo efectuado por la policía, ya que a pesar del largo tiempo transcurrido, "se ha desarrollado una minuciosa labor que ha dado como fruto la detención de los autores de tan reugnante acto".