ATLETICO. LOS JUGADORES FICHADOS POR GIL DESCONOCIAN EL VALOR DE SU CONTRATO
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Tres de los cuatro jugadores extranjeros fichados por Jesús Gil como profesionales, cuando en realidad no lo eran, según el fiscal encargado del "caso Atlético", desconocían que estuviesen valorados e varios miles de millones, lo que calificaron de "barbaridad", según informaron hoy fuentes jurídicas.
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, instructor de la causa abierta contra el ex presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil, había citado como testigos a Limamou Mbengue, Bernardo Matías Djana, Abass Muyiwa Lawal y Maximiliano de Oliveria, si bien este último no compareció, debido a que se encuentra en Brasil.
El juez les había citado porque, según el fiscal del caso, Carlo Castresana, habían sido fichados por el Atlético de Madrid como jugadores profesionales, cuando en realidad no lo eran.
Los tres jugadores señalaron que habían sido fichados por una empresa holandesa, si bien aseguraron que desconocían los términos de los contratos que firmaron con ella. Al conocer la cantidad por la que habían sido fichados y las cantidades que supuestamente pagó el Atlético de Madrid se mostraron sorprendidos y señalaron que era una "exageración", según fuentes jurídicas.
Segú la tesis del fiscal, esta sociedad del norte de Europa vendió estos jugadores a Promociones Futbolísticas S.A. (propiedad de Jesús Gil), quien a su vez se los vendió al Atlético de Madrid (dirigido por Miguel Angel Gil Marín). De esta forma, el también alcalde de Marbella saldaba la deuda de 2.700 millones de pesetas que tenía con el club rojiblanco.
VIDAS DIFICILES
Siempre según las mismas fuentes jurídicas, el senegalés Limamou Mbengue declaró ante el juez que él llegó a España en 1995, a través e un programa de reintegración familiar, para vivir con su padre, quien a su vez se había casado con una española.
Añadió que jugó en equipos filiales del Atlético de Madrid, si bien aseguró que desconocía los detalles de su contratación, puesto que de eso se encargó un amigo de su madre política apellidado Medel, quien fue el encargado de negociar con la mencionada empresa holandesa.
Según las mismas fuentes, el fiscal del caso, Carlos Castresana, va a solicitar al juez García-Castellón que citea declarar al Medel para que facilite más datos sobre el contrato de Mbengue y sus circunstancias.
Por su parte, el angoleño Bernardo Matías Djana declaró ante el juez que vino a España siendo menor de edad a través de Portugal, porque su madre había sido asesinada en Angola y que todo el negocio familiar había sido incendiado.
Relató que fue acogido por una organización humanitaria, la cual le ingresó en el Colegio de los Padres Mercedarios de Madrid, donde estudió hasta los 18 años. Agregó que,con la ayuda de los curas, cursó la rama de Carpintería Metálica de Formación Profesional y que actuamente vive en un piso compartido junto con otros estudiantes de su antiguo centro escolar.
Matías Djana aseguró que él empezó a jugar al fútbol en sus ratos libres y que fue fichado por la empresa holandesa, si bien aseguró que jamás firmó contrato alguno con el Atlético de Madrid, sino que lo hizo en su lugar la sociedad extranjera. Agregó que el club rojiblanco le pagó por sus servicios deportivos co el Abono-Transporte de Madrid, después con 20.000 pesetas al mes, cantidad que posteriormente ascendió a 40.000.
Según las mismas fuentes, el Atlético de Madrid había cedido a Mbenge al Alcobendas y después al Consuegra, mientras que Matías Dajana había sido enviado por el club rojiblanco al Madrilejos y luego al Majadahonda, todos ellos equipos de categorías inferiores.
Por su parte, Abass Muyiwa Lawal señaló ante el juez García-Castellón que él es jugador profesional de segunda categoría. Añadó que fue fichado durante un encuentro internacional de fútbol celebrado en Portugal por un holandés llamado Harold, quien le ofreció trabajar en Europa.
Anteriormente, había jugado en la selección nacional de Nigeria Sub-16, Sub-17 y Sub-21. Aseguró que actualmente juega en el Atlético de Madrid B, por lo que cobra entre 300.000 y 400.000 pesetas al mes, en contra de la tesis del fiscal, quien sostenía que fue incorporado como suplente al Atlético de Madrid B en 1998, donde permaneció en la temporada98-99.
LOS FICHAJES
El fiscal del caso, Carlos Castresana, sostiene que en enero de 1998 Jesús Gil y Gil debía al Atlético de Madrid 2.700.000.000 pesetas y para saldar la deuda él y su hijo otorgaron cuatro contratos por los que Promociones Futbolísticas (Gil padre) cedía al club (Miguel Angel Gil) los derechos económicos y de imagen de los cuatro jugadores antes mencionados.
Según el fiscal, estos jugadores fueron valorados por el Atlético de Madrid en 2.700 millones de pesetas más IVA, cuand en realidad pagó 290 millones por Limamou Mbengue, 350 millones por Bernardo Matías Djana, 1.100 por Maximiliano de Oliveria y 1.000 por Abass Muyiwa Lawal.
García-Castellón instruye el proceso iniciado con la querella presentada el pasado 27 de julio por la Fiscalía Anticorrupción contra Jesús Gil y otras seis personas más, a quienes acusa de haber cometido un presunto fraude de 9.427 millones de pesetas.
El juez instructor del "caso Atlético" imputa a Jesús Gil, a su hijo Miguel Angel y al ex icepresidente del Atlético de Madrid Enrique Cerezo, entre otros, los delitos continuados de estafa, apropiación indebida, otorgamiento de contratos simulados, falsedad en documento público y mercantil y otros delitos societarios.
(SERVIMEDIA)
27 Ene 2000
VBR