En una conferencia titulada "Una nueva Europa para un mundo en cambio", pronunciada en la Fundación Alternativas, el líder socialista esbozó su visión de la crisis generada tras el aaque terrorista contra Estados Unidos.

"El enemigo no es el islamismo ni ninguna otra creencia religiosa. El principal enemigo es aprovechar la desigualdad, la injusticia y la marginalidad para alimentar el odio, que sólo será posible combatir eliminando la desesperación de la que se alimenta", afirmó.

"Me niego a admitir que los atentados sean consecuencia del pronosticado choque de civilizaciones", prosiguió, "pues ello sería tanto como señalar como culpable a una religión. No podemos caer en ete grave error de marginar y condenar a toda una cultura, pues ello sólo conduciría a una mayor radicalización de sus posiciones".

Rodríguez Zapatero insistió en que las respuestas a este ataque no pueden ser sólo medidas de seguridad, y recordó que, según los datos actuales, en 2020 la mitad de la población mundial subsistirá con menos de dos dólares. "La seguridad no será ya un asunto que pueda ser visto exclusivamente desde la óptica militar convencional".

NUEVO CONCEPTO DE SEGURIDAD

"Necesiamos ir hacia un nuevo concepto de seguridad humana, centrado no en la seguridad de los Estados, sino en el bienestar de los pueblos", sentenció, parafraseando al pensador japonés Daisaku Ikeda.

Pese a esta predisposición a atajar la raíz del problema, el líder socialista también juzgó imprescindible coordinar los servicios de información y reducir la tensión en los conflictos regionales, especialmente el de Oriente Medio, en los que Estados Unidos, dijo, debe desarrollar "una diplomacia más activa". Esa diplomacia debe ser también reforzada por parte de la ONU y de la Unión Europea, dijo Zapatero, quien apostó por una política común de defensa, un cuerpo policial europeo, una agencia de información de toda la UE, y una estrategia común para luchar contra la criminalidad organizada y para afrontar las olas migratorias.

Rodríguez Zapatero comenzó su alocución recordando que las víctimas de los atentados contra Estados Unidos fueron "capaces de vivir como murieron: juntos", y así deben trabajar odos los países democráticos para atenuar los perjuicios de la globalización y maximizar sus beneficios.

Una vez demostrada la exigencia de amenazas nuevas para las cuales el mundo occidental no estaba preparado, la única solución pasa, en su opinión, por "una unión estrecha entre países".

Estamos en un momento, afirmó el líder socialista, en el que es clave un impulso en la Unión Europea, en el que España debe jugar un papel esencial, especialmente en el semestre de su Presidencia. En este punto reiteró su exigencia de un gran debate del que salga la posición común de España.