El comunicado, leído ante los periodistas por el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, señala que "ETA es una organización intrínsecamente perversa, cuyas raíces se hallan en un tipo de nacionalismo totalizante e idolátrico".

A juicio de la jerarquía católica, "pocos días antes de que los españoles acudan a votar el próxima día 14, los terroistas han querido hacer publicidad de sus fines políticos, que juzgan superiores a la vida de las personas y al Estado de derecho. ETA considera un valor absoluto la independencia política del País Vasco y para conseguir este fin no ha cesado de menospreciar y pisotear las bases mismas sobre las que se sustenta el bien común y la paz, es decir, el respeto a los derechos humanos, ante todo, al derecho a la vida".

Después de afirmar que "nunca puede existir razón moral alguna para el terrorismo", la Iglsia católica afirma que "reaccionar con odio indiscriminado frente a los crímenes de ETA, en la medida en que divide a la sociedad en bandos enfrentados e irreconciliables, es favorecer los fines de los terroristas, aceptar sus tesis del conflicto irremediable, preparar y facilitar la aceptación y el reconocimiento de las pretensiones rupturistas".

La Conferencia Episcopal considera que es "el momento de redoblar la colaboración con las autoridades competentes en la lucha contra el terrorismo. Todos etamos obligados a ello. Es el momento de la caridad y de la solidaridad con las víctimas. Los católicos queremos prestarles nuestra ayuda en todo lo que esté a nuestro alcance".

A las siete de la tarde de hoy, en la Catedral de La Almudena de Madrid se celebrará una Misa en memoria de los muertos por el atentado de ETA. La Conferencia Episcopal ha pedido a los sacerdotes que oficien en los próximos días misas y sufragios por el eterno descanso de los difuntos.