El despacho de Tomás y Valiente, que en el momento del atentado esperaba la hora de celebración de un examen, se encuentra en un ala de la planta, por lo que muchas personas que estaban trabajando en ese momentoen las proximidades ni siquiera escucharon los disparos.

La secretaria aseguró que el fallecido tenía un examen a las once de la mañana y preparaba en su despacho las preguntas que iba a plantear a los alumnos. Minutos antes del atentado había despachado personalmente con él.

Esta fuente aseguró asimismo que no oyó el disparo, ya que el despacho de Tomás y Valiente está en otro ala del edificio, pero indicó que compañeros del área de Historia del Derecho le han comentado que el asesino habría sid una sola persona que entró en su despacho y disparó varias veces.

Según los servicios médicos que atendieron al fallecido, cuando llegaron Tomás y Valiente ya estaba muerto, puesto que recibió un disparo en la cabeza que le atravesó el cerebro y le hizo perder mucha sangre.