María del Mar Romero, propietaria de dos establecimientos (un supermercado y una tienda de regalos) próximos al hotel, señaló a Servimedia que la explosión ha sido "muy fuerte, difícil de describir, la verdad es que asusta muchísimo, es imposible coordinar el pensamiento".

Romero precisó, sin embargo, que en los instantes previos a la explosión, una vez que las fuerzas d seguridad habían acordonado la zona y desalojado el hotel, las personas que estaban en la calle se encontraban "aparentemente tranquilas, como si no se creyesen lo de la bomba", pero tras la deflagración se han vivido momentos de "mucha tensión".

Según la empresaria, muchos de los clientes de los hoteles de la zona, incluido el Cala Font, son rusos, franceses e ingleses, por lo que ha sido difícil explicarles en un primer momento lo que pasaba. Además, "muchos de ellos estaban con las maletas ya en l calle, porque hoy es un día de salida y entrada en los hoteles", afirmó.

Sin embargo, con el paso de las horas, la zona ha ido recobrando la normalidad. En los establecimientos de María del Mar Romero los clientes "han venido a comprar como siempre el periódico". Muchos de ellos le han contado que estaban en la cama en el momento de la explosión, las ocho y tres minutos de la mañana.

Pasadas las once de la mañana, la zona norte de Salou retoma la actividad de cualquier otro día del verano, "los lientes están comprando normalmente y muchos vienen ya cargados para irse a la playa".

Esta empresaria de Salou muestra su temor por las consecuencias que este atentado pueda tener para el turismo de la zona. "Tememos que los turistas se asusten por lo que ha pasado y dejen de venir", apostilló.