Pons dijo que la repulsa que siente por el asesinato de Tomás y Valiente la experimenta desde la serenidad, "porque si el uso de las pistolas, de las armas y de la violencia pudiese arrancar de la sociedad española y de sus instituciones algo, estaríamos en el fin de nuestras libertades".

"Por lo tant", precisó, "lo único que pueden arrancar (los terroristas) es la unidad para hacer frente a quienes pretenden extorsionar, amenazar, vencer y poner de rodillas a la sociedad, ante sus exigencias, que quieren plantear desde la violencia".

El presidente de la Cámara Baja aseguró que como ciudadano se siente "mutilado" por la pérdida de Tomás y Valiente, de quien destacó su servicio público desde la docencia, desde el Tribunal Constitucional y desde el ejercicio de su ciudadanía activa, que, a su juicio eran de unos "niveles de excelencia difícilmente alcanzables".

"La sociedad española se siente en este sentido brutalmente mutilada de uno de sus más grandes activos humanos. Yo me siento bajo los efectos de un abatimiento casi indescriptible. Cualquiera que haya conocido al ser humano, a Francisco Tomnás y Valiente, sabe de la calidad humana y, por tanto, sólo puedo experimentar en estos momentos un dolor indescriptible", señaló.

No obstante, Pons quiso dejar claro que como los terroristas no peden recoger ningún otro fruto de sus acciones "más que nuestro dolor, casi me impulsa el propio propósito que ellos albergan a esconderlo y a evitarlo pudorosamente".