El atentado afectó a 310 pisos y 32 loales, según el balance realizado por el Ayuntamiento de Madrid, así como a alrededor de una treintena de vehículos estacionados en las proximidades del coche bomba y a las instalaciones de alumbrado público, gas y teléfono.

El Consorcio de Compensación de Seguros cubre los daños materiales de todos los que tengan suscritas pólizas convencionales de incendio, robo, rotura de cristales o avería de maquinaria.

También cubre a los coches, pero en este caso no basta con tener el seguro obligatorio de esponsabilidad civil por daños a terceros, sino que es preciso haber suscrito una póliza por incendio o robo del vehículo, como mínimo.

El importe de las indemnizaciones está en función del cálculo de daños que realicen los peritos del Consorcio y de lo que tengan asegurado los beneficiarios. Las solicitudes de indemnización no tienen plazo límite y basta con presentarlas en las oficinas de dicho organismo, aportando la documentación que acredite la titularidad del seguro.

Para pagar las indemnizciones por terrorismo, el Consorcio se financia mediante un recargo impuesto sobre las pólizas de seguros convencionales, que las compañías aseguradoras recaudan por cuenta del organismo público.

Por otra parte, entre 1971, año en que comenzó la ascensión de la actividad terrorista de ETA y 1992, el Consorcio de Compensación de Seguros, este organismo pagó 12.400 millones de pesetas a las personas afectadas por siniestros terroristas.

Las personas y bienes afectados por los atentados, desde casasy coches hasta los concesionarios de automóviles atacados por la campaña anti-francesa de ETA, fueron más de 15.000, principalmente en Madrid y el País Vasco.

El derecho a cobrar las indemnizaciones del Consorcio por daños terroristas se obtiene teniendo suscrita alguna de las pólizas más comunes del mercado: incendio, robo, rotura de cristales, avería de maquinaria o accidentes personales, que también estan cubiertos.