Según explicó el alcalde de Calamonte, Rufino García, "al paso de los torrentes de agua, los vecinos tuvieron que atar los coches a las ventanas, por temor a perderlos".

Efectivos del Parque de Bomberos de Mérida y de la Policía local, así como vecinos de esta población, trabajaban todavía esta mañana en el "achique" de agua de las casas, locales comerciales y demás recintos inundados.

La riada provocada por el desbordamiento del arroyo arrasó tambiénpuentes y barandillas e inundó casi la ottalidad de las calles de la localidad.

Un primer balance registra daños serios en 250 viviendas, todas las bodegas de vino y la mayoría de las plantas comerciales de construcción y tejido, además de más de 50 hectáreas de tierras paralelas al río.

El primer edil calamonteño aseguró que es la primera vez en la historia de esta localidad que se producen tales destrozos por la lluvia.