Mientras la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) se declara radicalmente en contra de esta emisión, la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) es favorable si el documental se programa con el tratamiento y el horario adecuados.

El portavoz de la ATR, Íñigo Millán-Astray, manifestó a Servimedia que la emisión de este tipo de documentales "está fuera de lugar, porque la privacidad y la dignidad de las personas en un momento tan íntimo como el de la muerte es lo más importante".

"No vemos en su emisión ningún valor informativo, sino el morbo de ver cómo muere una persona", agregó el portavoz de la ATR, quien añadió que no le extrañaría que alguna televisión española estuviera interesada en emitir el documental británico o uno similar, porque "hay cadenas en este país que están en esa línea".

El presidente de AUC, Alejandro Perales, consideró que si el documental se emite en el contexto pertinente, con un "tratamiento alejado del sensacionalismo" y en un horario que no afecte a los menores, su programación puede ser hasta acertada, "por el plus indudable que tiene de información, en medio de un debate tan interesante como el de la muerte digna".

A juicio de la AUC, mucho peor que la emisión íntegra del documental resulta que se descontextualice el tratamiento de esta pieza, emitiéndo en horario de protección infantil en los informativos los fragmentos más duros, como, de hecho, cree que ocurrió ayer con el documental británico.