En un comunicado, estas asociaciones piden a los consumidores que si han decidido alquilar o comprar un disfraz para estos carnavale, comparen las calidades y los precios antes de decidirse, porque existen grandes diferencias.

Como ejemplo, señalan que ir de princesa puede costar entre 6.000 y 15.000 pesetas y vestirse de pirata entre 5.000 y 8.000 pesetas, y destacan que un precio más caro no significa siempre una mejor calidad.

Asimismo, recomiendan dejar claro las condiciones del alquiler de un disfraz, ya que éstas no suelen estar expuestas al público por escrito. Recuerdan que normalmente los disfraces se pueden tener duante tres días, contando con el día en que se retira y el que se devuelve.

Las asociaciones de consumidores explican también que si el traje sufriera algún tipo de desperfecto, como algunas manchas o pequeñas quemaduras, esto no debe suponer gasto alguno para el usuario, porque los comercios cuentan con ello. En cambio, si el desastre es mayor, el usuario deberá pagar el arreglo o el precio del traje.

El problema en estos casos es, según las organizaciones de consumidores, que ninguna tienda sabecalcular cuando se alquila el disfraz el precio del mismo o de su arreglo si sufre grandes desperfectos. Estas asociaciones aconsejan alquilar disfraces en lugar de comprarlos porque es más barato.