Según el texto de la querella, hhasta el 22 de julio de 1995, Dolores Coomonte era una ciudadana normal que nunca había tenido problemas con la Justicia. La noche de ese día se encontraba en una fiesta del local de copas "La Catedral", situado en la calle Juan Bravo, del barrio de Salamanca d Madrid.

Eran las 11 de la noche cuando dejó su coche, un Seat seiscientos blanco, aparcado en doble fila junto con otros vehículos y entró a tomar una copa "rápida" en el local, con una invitación que le había dado un compañero de trabajo. En el interior del vehículo dejó la cena y la ropa de trabajo.

Minutos después de entrar en el local, alguien avisó que la policía municipal estaba fuera y que estaban esperando a que llegara la grúa para retirar algún vehículo que estaba aparcado. Dolores saló a la calle con el fin de retirar su coche, cuando vió que los agentes rodeaban su coche y parecía que estaban buscando algo en su interior.

Se acercó hasta el coche y los policías pidieron que entregara su documentación, la del coche y las llaves de su vehículo. Tras el requerimiento, ordenaron a la grúa que retirara el coche, a lo que su propietaria se negó y se montó en su interior para impedir que se lo llevaran.

Al instante, uno de los agentes gritó "!ocupación¡", y los policías allí presenes abrieron la puerta del conductor arrancaron a su propietaria del asiento, la empujaron, la vapulearon y la llevaron hasta el coche patrulla que se encontraba a escasos metros, todo en presencia de varias decenas de personas, clientes de una terraza de verano, que se encontraban en en lugar observando el suceso.

Todo este episodio, el principio de una interminable historia de amenazas, torturas y conculcación de los más elementales derechos que tienen los ciudadanos, según la víctima y la AsociaciónContra la Tortura, está grabado en una cinta de vídeo casero que un testigo rodó y que no ha querido admitir como prueba la titular del Juzgado número 17 de lo Penal ni el Ministerio Fiscal, tras la denuncia presentada hace un año por la víctima de las supuestas agresiones. El vídeo ha sido hoy presentado a la prensa.

LESIONES Y MALOS TRATOS

A partir de aquí, todo quedó entre la detenida, Dolores Coomonte, y los policías que trasladaron a la mujer hasta la sede que la Policía Municipal tiene en la clle Federico Salmón número siete. Allí, cuenta Dolores, la llevaron esposada, la sentaron en un banco y le impidieron beber agua, ir al servicio, llamar al abogado que ella pretendía designar y la abofetearon.

En estas dependencias, un policía municipal emitió un boletín de denuncia por varios delitos, entre otros, por atropellar y causar lesiones a un agente de la autoridad. Luego fue trasladada a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Buenavista, en donde fue encerrada sola en un calabozo, e un estado físico y psíquico lamentable, según la querella.

En el texto de la misma se refiere que, mientras Dolores estaba en el calabozo, tuvo una deposición líquida y un vómito, y que los agentes solventaron el problema dándole una fregona para que limpiara el suelo de la estancia, alegando que no existían lavabos en la Comisaría.

Tras pasar por la Inspección Médica de la Dirección General de la Policía, fue trasladada al Hospital Gregorio Marañón, en donde se le aprecian hematomas en todo el uerpo. El informe de la médico forense recoge también que Dolores padece escoriaciones en la zona auricular izquierda y el cartílago del pabellón auricular, así como hematomas en todo el cuerpo.

El texto de la querella recoge también que, una vez en contacto con su abogado, éste solicitó un habeas corpus que fue denegado, por lo que de nuevo fue trasladada a la Comisaría de Buenavista, siendo presentada al Juzgado de Guardia el día 23 sin el atestado de la Policía Nacional.

El presidente de la Asciación Contra la Tortura, Teodoro Mota, señaló hoy en rueda de prensa que la asociación se ha hecho cargo de este caso, después de que hace un año la víctima presentara una denuncia contra los policías sobre la que la jueza aún no ha instruido diligencias y ante la pasividad del ministerio fiscal.

Sin embargo, Mota explicó que ya está fijado el juicio contra Dolores Coomonte, que se celebrará el próximo día 30 de septiembre a las 12.00 horas en el Juzgado número 25 de Primera Instancia de la Plaza deCastilla.

Dolores Coomonte será juzgada por los delitos de atentado, lesiones y delito contra la seguridad del tráfico. Por dichos delitos solicita el ministerio fiscal, al pena de ocho meses de prisión menor, dos años, cuatro meses y un día, accesorias y costas, y por el delito contra la seguridad del tráfico, 100.000 pesetas de multa o arresto sustitutorio de 25 días en caso de impago, y privación del permiso de conducir por tiempo de un año.

Asímismo, la acusada tendrá que indemnizar al policí municipal al que supuestamente atropelló y que se persona también como acusación, con la cantidad de ochocientas diez mil pesetas.