Parra hizo estas declaraciones a Servimedia con motivo del atentado ocurrido esta tarde en la localidad madrileña de Collado Villalba, que le costó la ida a un guardia civil.

Según explicó, en la actualidad un guardia civil sólo puede disparar cuando el delincuente atenta "claramente" contra la integridad del agente o de una tercera persona. "Siempre existe un espacio de tiempo en el que el guardia duda de si hacer uso o no del arma, lo que le da tiempo al delincuente de disparar primero", explicó.

Parra solicitó que los guardias civiles dispongan de chalecos anti-balas modernos, de fibra y que se puedan disimular bajo la indumentaria de los agntes. "En las unidades existe un chaleco de uso común. Normalmente no se usa, porque es muy voluminoso. Es una placa de metal muy incómoda", añadió.

Asimismo, exigió un endurecimiento de la pena a la que se enfrenta el asesino de un guardia civil porque, en la actualidad, "las leyes son benévolas. Al delincuente le da igual matar a un guardia civil, que a un guardia jurado que a un ciudadano normal y corriente. Al final va a estar el mismo tiempo en la cárcel", señaló

En cuanto al armamento, Parr dijo que es necesario sustituir el arma que poseen los agentes de la Guardia Civil, ya que tiene más de 30 años y un cargador para sólo 8 balas, "a diferencia de otros cuerpos de seguridad, como la Policía".

En conclusión, solicitó mayores medidas de seguridad y de prevención, así como mejor armamento y un incremento del número de agentes.