Mayayo explicó que los precios sólo están bajando en las zonas costeras, y especialmente en Canarias, mientras que las viviendas urbanas no bajarán de precio porque sigue habiendo una gran "demanda larvada" de jóvenes que no han accedido a su primer piso.

A su juicio, el problema del acceso a la vivienda reside en el precio de éstas y no en los créditos, y no tendrá solución hasta que haya transportes rápidos desde la priferia de las ciudades hasta los lugares de trabajo, lo que impulsa a buscar piso dentro de los cascos urbanos.

Mayayo reconoció que los precios de las viviendas han subido en los últimos años mucho más que los salarios y puso como ejemplo que la vivienda que él mismo se compró en 1980 por unos 10 millones de pesetas ahora cuesta 60.

Además, el fuerte aumento de los precios y la dificultad de encontrar una alternativa más barata en los pisos en alquiler ha llevado a compras "compulsivas" de piso por particulares y empresas que no estaban en condiciones de pagarlas, lo que ha conducido a un fuerte incremento de la morosidad.

El resultado, según Mayayo, es que los préstamos hipotecarios morosos asciende actualmente a unos 500.000 millones de pesetas, de un total de créditos vivos que se sitúa en 11,7 billones, con un índice medio de mora del 5 por cien.

La morosidad es del 7 por cien en las segundas viviendas enclavadas en zonas turísticas, del 5 por cien en los pisos de protección oficia y del 2 por cien en las primeras viviendas y locales comerciales.

Mayayo aconsejó a quienes se compren una vivienda que recurran más sus ahorros y menos a la financiación mediante créditos, que ahora supone, en promedio, entre el 60 y el 80 por ciento del dinero dedicado a la compra del piso.

El presidente de la Asociación Hipotecaria, de la que forman parte bancos, cajas de ahorros y las demás entidades que otorgan préstamos para la compra de pisos y locales, pidió a los partidos políticos que ean lo menos electoralistas posibles en sus programas de vivienda de los próximos comicios generales y que se convenzan de que sólo el mercado puede solucionar este problema.

A este respecto, Mayayo recalcó que los tipos hipotecarios oscilan ahora en una media del 14,96 por ciento, muy inferiores al 17,48 por cien en que se sitúan como promedio los créditos a tres años.

PESIMISMO

No ocultó su pesimismo sobre el problema de la vivienda a corto plazo, al señalar que, a la salida de la actual criss, en uno o dos años, habrá "amplios segmentos" de la población que seguirán sin acceso a una casa.

Señaló, asimismo, que la devaluación de la peseta puede beneficiar al mercado inmobiliario, al hacer más barata la compra de pisos para los inversores extranjeros, pero también es perjudicial, al ir acompada de una subida del precio del dinero.

Mayayo pidió al Gobierno que desarrolle rápidamente el reglamento de los Fondos de Titulización Hipotecaria y que promulgue también con urgencia la nueva Le de Arrendamientos Urbanos.

Esta segunda norma, en su opinión, no podrá contentar a todos, pero "es positiva y necesaria" para ampliar el parque de viviendas en alquiler.

De otro lado, según los datos facilitados por Mayayo, de los 11,7 billones de créditos hipotecarios vivos, el 49,79 por ciento corresponde a las cajas de ahorros, un 31,85 por cien a la banca privada, un 6,29 por cien a las sociedades de crédito hipotecario y un 12,07 por cien por el Banco Hipotecario.