Ciertas consonantes, como la k, g, r y la s, son casi invisibles sobre los labios cuando se pronuncian, provocando la confusión a las personas sordas o con problemas auditivos que lee los labios.

La solución a esta dificultad, propuesta por la citada asociación belga, es bastante simple, ya que consiste en el acompañamiento de ciertos signos realizados con los dedos para distinguir las consonantes problemáticas, mientras que la posición de la mano en diferentes partes del rostro expresan las vocales.

Esta combinación de dos tipos de gestos terminan formando una sílaba, lo que permite a las personas sordas o con problemas auditivos tener un complemento visual bastante fiable. Para la asociación LPC Bélgica, el lenguaje hablado complementado con los signos permite a los padres y familiares sobre todo de niños sordos, transmitir su propia lengua y restaurar una comunicación profunda y espontánea, frecuentemente perturbada desde el conocimiento de la discapacidad.