La revista cita un reciente informe de la Coalición contra el Fraude en los Seguros, financiada por el sector asegurador, según el cual "con miles de dueños de casas luchando con las cada vez más caras letras de las subprime, los inspectores antifraude vigilan estrechamente por si se produce una subida en los incendios provocados por propietarios desesperados que no pueden ya permitirse el pago de las cuotas hipotecarias".

La experiencia pasada hace creer a las aseguradoras que están en vísperas de vivir nuevamente ese fenómeno porque "cuando la economía va para abajo, vemos un aumento en el fraude".

De hecho, un portavoz de la aseguradora Allstate, Mike Siemienas, ha manifestado que su compañía ya ha detectado un aumento de incendios provocados en casas que se encuentran sometidas a procesos de embargo hipotecario. En California, la cifra de incendios residenciales de origen dudoso se incrementó un 76% en 2007 en relación al ejercicio anterior.

Aunque todavía no hay cifras de incendios premeditados en 2007 en el conjunto de Estados Unidos, sí se sabe que en las zonas residenciales, donde la crisis comenzó antes, registró ya un aumento del 4% en 2006, en contraste con un descenso de entre el 3% y el 6% en los tres ejercicios precedentes.

"Fortune" se hace eco de un caso reciente, el de Christina Snyder, de 31 años, que urdió un plan para quemar su casa y cobrar el seguro.

Según el fiscal encargado del caso, ofreció 5.000 dólares a una vecina para que le ayudará a quemar la vivienda haciendo que pareciese una tentativa frustrada de violación. Para ello, la vecina tendría que declarar a la policía que la había salvado de la casa en llamas tras encontrarla atada y con una camisa con la palabra "puta" escrita sobre ella. La vecina prefirió contar toda la historia en comisaría.

TELÉFONO DE APOYO

Del grado de desesperación provocada por la crisis hipotecaria en muchas familias de Estados Unidos dan idea las cifras disponibles sobre las llamadas atendidas por el teléfono de ayuda abierto por la organización Neighbor Works America, que cuenta con el respaldo de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Este teléfono de apoyo a hipotecados en apuros recibía durante el último trimestre del año pasado unas 2.000 llamadas diarias. Los responsables de este servicio, que funciona las 24 horas del día, animan a las personas con problemas hipotecarios a ponerse en contacto con la entidad a la que solicitaron el crédito y buscar asesoramiento legal.