Diego López Garrido, Cristina Almeida, Juan Berga e Isabel Vilallonga ofrecieron una rueda de prensa en la que aseguraron que consideran cumplidos los "objetivos fundamentales" marcados para este congreso de IU.

Nueva Izquierda se sente suficientemente representada en la lista para el Consejo Político Federal con los 18 miembros que ha negociado con el sector mayoritario. "A ver si a partir de ahora ya no hablamos de mayorías y minorías, sino de una gran mayoría", dijo López Garrido.

"A partir de esta asamblea, se quiebra el mal ambiente y hay un intento de abordar un nuevo proceso de convivencia y no de cohabitación", opinó la senadora Isabel Vilallonga, quien confió en que se superen los problemas que aún perviven en algunas fderaciones, como en la suya, la de Madrid.

Sobre la política de alianzas, Diego López Garrido dijo que la estrategia que seguirá Izquierda Unida ha quedado abierta convenientemente en esta asamblea, porque no se sabe cuál va a ser el escenario político que salga de las próximas elecciones municipales y autonómicas.

Dijo que al sector renovador le hubiera gustado, no obstante, que hubiese prosperado su enmienda en favor de dejar claro que IU nunca va a pactar con el Partido Popular. "Este era un ben momento, con la estrategia que hay contra nosotros sobre la pinza con el PP, de dejar negro sobre blanco que no hay ninguna posibilidad de pacto estable con la derecha".

"Nueva Izquierda se siente ahora mucho más alejado del PSOE que en la anterior asamblea de IU", agregó López Garrido, quien explicó que a esta actitud ha contribuido el pacto de Felipe González con los nacionalistas y la "ausencia de respuestas" a los episodios de corrupción.

En su conferencia de prensa al término de la asambla, los dirigentes renovadores denunciaron el "linchamiento moral" que está recibiendo en los últimos días, desde algunos medios de comunicación, el hasta ahora líder de su corriente, Nicolás Sartorius, que no ha acudido a esta asamblea.