Este dato figura en un informe realizado por el Instituto de Estudios Fiscales, titulado "Una interpretación de las diferencias salariales entre sectores", al que tuvo acceso Servimedia.

Sólo los trabajadores con más de cinco años de antigüedad en su empresa ganan en conjunto ms que la media nacional, con una diferencia del 9 por ciento, mientras que el resto se encuentran todos por debajo.

La diferencia con el salario medio es del 33 por ciento en los empleados con una antigüedad inferior al mes; del 29 por cien entre y 1 y 12 meses; del 24 por cien entre 1 y 2 años, y del 8 por cien entre 2 y 5 años.

Las diferencias son también muy significativas en función del tipo de contrato, ya que los contratados temporales, que son ya más de tres millones, ganan un 26 por cient menos que la media si trabajan a tiempo completo y un 49 por cien si lo hacen a tiempo parcial.

Por su parte, los fijos, que son más de seis millones, ganan un 7 por cien más que el promedio, si bien todas estas cifras presentan fuertes oscilaciones en función de los sectores, el nivel educativo y el sexo del trabajador.

De hecho, las variaciones más acusadas son las que se producen entre sectores, ya que dos trabajadores de las mismas cualificaciones pueden cobrar salarios que difieran hasta un70 por ciento en su cuantía.

Los mejor situados son los de Seguros y Finanzas, que cobran un 17 por ciento más que la media nacional y los peor remunerados los de empleados en el servicio doméstico, que perciben hasta un 55 por cien menos que un trabajador medio de similares características.

También se sitúan por debajo del promedio los sectores de textil y calzado (-8 por cien), confección (-13), madera y mueble (-8) y comercio (-7,5). Por encima figuran, entre otros, los de administración públia (16), energía (16) y químicas (15).

En sus conclusiones, el estudio rechaza la teoría de que la principal causa del desempleo sean los elevados salarios, como supuesta consecuencia del poder de presión de los sindicatos en la negociación colectiva.

"El mercado de trabajo no es competitivo, existe desempleo involuntario y un salario superior al de equilibrio competitivo; sin embargo, éste no es la causa de aquel, sino que ambos son el resultado conjunto del comportamiento racional de empresas y rabajadores", señala el informe.

Por esa razón, advierte que "las políticas de rentas convencionales pueden tener efectos negativos sobre la asignación de recursos y la competitividad de las empresas", entre otras razones porque existe "una escasez relativa de mano de obra cualificada que justifica la competencia via salarios por los mejores trabajadores".

Además, los parados no son siempre buenos sustitutivos de los empleados, por lo que su función moderadora de la presión salarial se reduce notblemente.

En consecuencia, las políticas laborales no pueden ceñirse a la desregulación indiscriminada del mercado de trabajo, sino que es preciso aumentar la formación de parados y empleados, así como incentivar la movilidad geográfica y regional.

"Una desregulación excesiva", concluye el informe, "puede ser perjudicial si afecta negativamente a los componentes de la motivación y la estabilidad de la relación laboral, reduciendo la productividad del trabajador y la competitividad de la empresa, ue ésta se ve obligada a recuperar básicamente mediante aumentos salariales".