Monseñor Delicado afirma que la Iglesia, en fidelidad a las Escrituras y la Tradición, aplica "las exigencias mismas del Evangelio, que obedecen a los planes salvadores de Dios".

Asimismo, mantiene que sta postura no tiene carácter punitivo o discriminatorio para los divorciados que se vuelven a casar y recuerda que los fieles afectados por esa situación sólo podrían comulgar tras la absolución sacramental.

Según el arzobispo de Valladolid, "asumir el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos", no es utópico, pero reconoce que sí es excepcional.

Monseñor José Delicado diferencia entre los que se han vuelto a casar por atender a los hijos, onvencidos, dice, de que su primer matrimonio no fue nunca válido, y los que lo hacen por otros motivos. "Unos y otros", agrega, "pueden tener mejores o peores disposiciones en relación con la gracia, pero nadie debe desesperar de la misericordia de Dios".