El alto prelado eclesiástico tomó como punto central de su discurso de fin de año los casos de corrupción y de abusos de poder para asemejarlos a "las termitas que han entrado en nuestra sociedad".

García-Gascó añadió que "es necesario sanear las istituciones y las personas porque con la corrupción se hace imposible mantener la paz social".

El arzobispo de Valencia se mostró preocupado por lo que él llamó "una sociedad de la mentira que estamos construyendo, sin darnos cuenta", pero recalcó después que "es posible todavía recuperar la salud de nuestra sociedad, si recuperamos la salud de las personas. No toda la sociedad está corrupta, pero es un tejido que nos va haciendo caer a todos".