En su opinión, la república de Bosnia "se ha convertido en un lugar donde se vive una tragedia terrible cometida por hombres sin corazón y contra hombres sin culpa".

Torrella se muestra partidario de la intrvención de las fuerzas de las Naciones Unidas y de los distintos países europeos, que han enviado a una parte de sus ejércitos para garantizar la llegada de la ayuda humanitaria al pueblo de Bosnia.

Para el arzobispo de Tarragona, los defensores de los nacionalismos exacerbados, en referencia a los surgidos en la antigua Yugoslavia, podrían llegar a convertirse en antihistóricos por su capacidad de producir "nuevos conflictos y absurdas injusticias".

En las mismas declaraciones, Ramón Torrella cnsidera que la paz aún es posible para estos territorios, pero lamenta la experiencia de las reacciones de odio originadas "por la fuerza ciega y homicida de las armas".

El máximo responsable de la diócesis de Tarragona asegura que la posibilidad de paz en Bosnia viene condicionada por la adopción de una actiud solidaria por parte de los dirigentes gubernamentales y por el convencimiento de éstos de que "la paz se construye con el diálogo de la verdad, el respeto y la justicia".