Estas declaraciones contrastan con las realizadas durante las últimas semanas por el presidente del Partido Popular, José María Aznar, y el cardenal Enrique Vicente y Tarancón.

En su pastoral, Cirarda asegura que "la mejor arma que tiene la democracia para acabar con las conductas corruptas es la posibilidad de denunciarlas públicamente".

A juicio del arzobispo, la corrupción en lavida española "no es generalizada", aunque agrega que numerosas conductas éticamente reprobables se han hecho costumbre.

Destaca como factores que "enfangan" la vida social el ansia de enriquecimiento rápido, "que induce a considerar triunfadores a quienes ganan mucho dinero en poco tiempo", y la sobrevaloración del placer y del poder, "que inspira su búsqueda como bienes casi absolutos".

El arzobispo de Pamplona denuncia, además, "la picaresca que hace pasar por listos a quienes evaden el pago d impuestos, cobran el paro sin tener derecho al mismo o reclaman comisiones, desde su influencia en puestos públicos, por facilitar algunos negocios".

Para Cirarda, el ambiente en la vida española está dominado por "un aire viciado, pero no siempre resulta fácil concretar casos individuales para denunciarlos ante los tribunales".