Sebastián asegura en un escrito titulado "Lectura crítica del manifiesto del PSOE", al que ha tenido acceso Servimedia, que los autores "dan por supuesto que las religiones no pueden proporcionar un conjunto de convicciones morales comunes capaces de fundamentar la convivencia en la pluralidad, sino que son más bien fuente de intolerancia y de dificultades para la pacífica convivencia".

Además, el arzobispo de Pamplona subraya que ese manifiesto del PSOE propone que el poder político recluya en la vida privada las convicciones morales, para sustituirlas por un conjunto de valores "a los que se les concede el valor de última referencia moral en la vida pública".

"Descartadas las convicciones religiosas y morales de los ciudadanos como inspiradoras de la convivencia, corresponde al poder político configurar la nueva conciencia de los ciudadanos en sustitución de su conciencia religiosa y moral, por lo menos en lo concerniente a la vida social y política", aclara Sebastián.

A renglón seguido, el prelado destaca que "en esta manera de razonar" de los autores del manifiesto socialista "se oculta una visión emprobrecida y desfigurada de la religión".

"Se da por supuesto que la conciencia moral fundada en la religión no es capaz de fomentar la convivencia en la pluralidad, por lo que la diferencia de religiones se ve como un peligro para la convivencia democrática", lamenta Sebastián.

MONOTEÍSTAS

El arzobispo de Pamplona también critica el párrafo del documento socialista que señala que "los fundamentalismos monoteístas y religiosos siembran fronteras entre los ciudadanos". Al respeto, Sebastián afirma que, "en lo que se refiere a la religión cristiana y católica, esta manera de ver las coasas no responde a la realidad y resulta objetivamente ofensiva".

Además, Sebastián considera que el PSOE no se conforma con la neutralidad religiosa del Estado, "sino que lleva a desplazar las ideas religiosas y sustituirlas por otros valores sin referencia religiosa alguna".

"Estos valores, entendidos de manera absoluta, sin referencia a un orden moral objetivo, pueden ser interpretados como convenga en cada caso, hasta reconocer como verdaderos derechos algunas prácticas incompatibles con principios morales fundados en la recta razón y recogidos en la Constitución como son la legitimación del aborto, la producción y destrucción de embriones humanos y el reconocimiento de los pactos de convivencia entre personas del mismo sexo como verdadero matrimonio".

Añade que "tales cosas no son fruto de la laicidad, sino de la supresión de criterios verdaderamente morales en el ordenamiento de la vida pública y en el ejercicio de la autoridad".

Finalmente, Fernando Sebastián entiende que el citado manifiesto socialista "está elaborado para justificar la existencia y la imposición de la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía".

"Se dice que los poderes políticos tienen que contribuir a formar las conciencias de acuerdo con el 'mínimo común ético constitucional'. Reconocer al poder político como legítimo formador de las conciencias de los ciudadanos puede ser una afirmación peligrosa", concluye el arzobispo de Pamplona.